Moradores de Tierras altas estan preocupados por la tala indiscriminada de arboles que se están haciendo alrededor de las reservas naturales que existen actualmente.
A pesar de su importancia ecológica y su potencial económico, estas importante especie de arboles están desapareciendo rápidamente; donde, las principales causas de pérdida consisten en la ampliación de la frontera agrícola; construcción de estanques camaroneros; desarrollo urbano, turístico e industrial; uso indiscriminado de agroquímicos y otros contaminantes; y, por último, un inadecuado aprovechamiento forestal siendo esta la causa principal actual observada en sitios prioritarios como el Golfo de Chiriquí, Puerto Pedregal, debido a que por muchos años ha sido fuente de extracción de productos forestales como leña, varas, carbón, taninos, madera para construcción de viviendas y galeras para la avicultura realizado sin ningún tipo de manejo técnico
Ligia Castro, administradora de la Anam, ha dicho que Canadá donará 56 millones de dólares a Panamá para poner en marcha tres proyectos de reforestación: Parque Nacional del Volcán Barú(Chiriquí), Parque Omar Torrijos (Coclé) y en Cañita (Panamá).
Ademas el programa Nacional de Titulación de Tierras procedió a financiar un proyecto para la delimitación del Parque Nacional Volcán Barú y se contrató a una empresa privada para los trabajos, pero se les asignó a un funcionario de ANAM para acompañar a los trabajadores de la empresa.
La ANAM se ha enfrascado en una tenaz lucha por erradicar las malas prácticas ambientales en esta región del país donde han operado grupos que tienen nexos hasta con miembros de la Asamblea Nacional de Diputados y que pretenden desacreditar su encomiable labor.
David Samudio de la Fundación para el Desarrollo Integral, Comunitario y Conservación de los Ecosistemas en Panamá (FUNDICCEP) y sostuvo que a su juicio si se trata de un delito ecológico, porque en la ley no se mide por lo que se hacía, sino por el daño causado al ambiente y agregó que no le corresponde ANAM definir si es o no delito ecológico, sino que será la fiscalía que en su investigación determinará si califica o no, para ser considerado como tal.
Debe aclararse que nadie es opone a la explotación maderera, lo que se pretende es establecer mecanismos de control que impidan que nuestros recursos naturales sean saqueados y nuestro ecosistema sea reducido a imágenes en libros de textos y revistas asi lo declaro el funcionario.