Las bases recubiertas de herbazales, donde alguna vez hubo puente y un montículo de vigas hache a otro lado del río Cuervito, es lo ha quedado de la estructura que cayó en 1989, tras la crecida del río Chiriquí Viejo que anegó la región de Progreso, distrito de Barú.
Desde la fecha señalada, los transeúntes, vehículos y demás semovientes utilizan una estructura temporal, pero que a juicio de los residentes no es confiable. Claman por la construcción de una estructura más sólida.
El puente que cayó al final de la dictadura militar, comunicaba a 19 fincas que se dedicaban a la actividad bananera y a otras 24 zonas campesinas.
Según indicó Félix González transportista de ese sector, dijo que esa calle mantiene mucho tráfico y que de existir el puente, se ahorrarían unos cuatro kilómetros. Empero, indicó que esa no es la única cortapisa que los agobia. “Si bien es cierto, necesitamos el puente, pero también ocupamos se mejoren los caminos”, dijo. “Los gastos nos están asfixiando, el deterioro de los vehículos, ya no lo soportamos”.
“Cuándo las personas están enfermas demoran demasiado y de dar tantas vueltas llegamos, figuradamente, con el estomago pegado al cerebro”, dijo Gloríela González, usuaria del transporte público en esa área.
Tomás Navarro, representante de este corregimiento solicitó al gobierno que se les tome en cuenta, ahora que se construirá la vía a cuatro carriles hasta Puerto Armuelles.
Reportes de los moradores señalan que durante el año 2002, unas tres personas perdieron la vida, al intentar cruzar el afluente.
La obra solicitada presenta un valor aproximado de tres millones de dólares.
Una fuente del Ministerio de Obras Públicas en Chiriquí, dijo que la mencionada estructura fue incluida en el presupuesto 2013 y se prevé que los trabajos inicien en los próximos meses.
Por ahora un puente bailay sirve de viaducto entre Progreso y las comunidades arriba señaladas, a unos 14 mil 436 habitantes.