Construir un albergue para resguardar a las personas que han hecho de la calle y de los puentes en la ciudad de David, su casa, su amargo hogar; es una necesidad apremiante. Sin embargo, hasta la fecha no se ha podido precisar ni la ubicación ni los recursos necesarios para la construcción de esta obra.
Para quienes viven en calle, cuestiones como el hacinamiento residencial o el déficit habitacional, no es problema o simplemente sus condiciones psicosomáticas, no les permite pensar en ello. El asunto estriba en dificultades, socioeconómicas, sanitarias y hasta de farmacodependencias.
Francisco Vigíl, alcalde de David, reconoce el problema y lo cataloga como una necesidad urgente. No obstante, dijo que este asunto debe ser resuelto en conjunto con otras instituciones del Estado y con la colaboración del gobierno central, por los costos que representa mantener en operación un sitio como este. “Sabemos que es una necesidad, sin embargo requerimos el apoyo del Gobierno Central, ya que el problema sobrepasa la jurisdicción municipal”, aseguró Vigíl.
El Alcalde manifestó que aunque el departamento de Desarrollo Social del municipio, atiende a cierto número de estos individuos, la consecución de la partida para la construcción de un albergue especial, sigue pendiente, ya que solución hasta ahora presentada es provisional. “Los dineros para este proyecto, sigue pendiente, en los planes de esta comuna”, reveló el Alcalde.
Por su parte, José Eliecer Barroso, director de Desarrollo Social, manifiesta que el departamento ha conducido unas 37 personas a sitios de recuperación. Veintisiete de ellos a centros de rehabilitación y 10 al hogar de ancianos. Además, de otros muchos que han devuelto a los familiares en sus respectivos lugares de origen. “Hemos llevado a unos 27 para un albergue cristiano en Boquerón y remitimos cerca de 10 ancianos al asilo, además de aquellos que llevamos hasta sus casas”, dijo Barroso.
Cabe destacar que las personas que son remitidas a estos sitios, han de estar verdaderamente desprotegidas, de lo contrario son entregadas a un familiar para que vele por su bienestar.
Actualmente, el problema se agrava con la proliferación de individuos de la etnia Ngöbe que se dedican a la ingesta de licor en las inmediaciones del antiguo mercado público. Asunto, que ha sido puesto en manos de las autoridades de la Comarca.
En David existen alrededor de 50 personas que deambulan por las veredas de la urbe citadina. Algunos de ellos, huérfanos de parientes, esclavos de las drogas o presa de alguna enfermedad o simplemente por haber perdido la blandengue estabilidad económica con la que goza el grueso de la población de países en vías de desarrollo como el nuestro.