El tiempo apropiado para llevar a un gallo a la romana (a combate), es relativo. Es decir dependerá de la edad y la experiencia en correría del plumífero gladiador. El cual, puede ser abreviado, tratándose de un viejo combatiente y un poco más largo, cuando a un inexperto se refiere. ¿Quieres saber los porqués? Descúbrelo en las líneas subsiguientes.
Según Librado Guerra, criador y cuidador, el animal primerizo, pierde mucha sangre, cuando le cortan la cresta. Este proceso es necesario para alivianar el peso en la cabeza del animal y darle mayor visibilidad del contrario. Por ello, un gallo primerizo tarda más en agarrar condiciones, que un animal experimentado.
Conforme a los galleros entrevistados, este lapso puede variar entre dos a tres meses. En otras palabras el entrenamiento, previo a un encuentro en el coliseo, para un pollo puede mudar entre dos a cuatro meses. Por el contrario, un gallo viejo o de experiencia en el ruedo, ocupará entre uno y dos meses, lo cual aliviana el trabajo al entrenador.
Para corretear, es decir entrenar a sus pupilos, el preparador debe hacerlo sobre un andamiaje construido de madera y recubierto de alfombra, o encima del césped, para asemejar la superficie del redondel.
El entrenamiento es esencial para que el ave, ataque con precisión y letalidad. Conforme a los galleros, la naturaleza del ave de combate es pelear, por ello no debe considerarse como una crueldad enfrentarlos.
La resistencia de la resistencia del combatiente, es definida por el número ocho (mover al animal de un extremo al otro del entarimado, dibujando un ocho. Mientras que las pajaritas (tomar el ave por el pecho y la rabadilla o la cola, de tal manera que aprenda a tirar las patas hacia adelante y juntas), eso garantizará la efectividad de las picadas del plumífero.
“Hay gallos que se cortan a sí mismos, eso se debe a que el disparo es muy débil y regado”, expresó Isidoro Pinto, quien lleva más de 40 años aparejando aves para el redondel.
Los expertos en el tema gallístico, declaran que un gallo debe ejercitarse el doble del tiempo pactado en combate, durante el entrenamiento. Es decir, los pleitos se fijan a 15 minutos, por lo tanto, el preparador debe entrenarlo durante media hora, cada vez. Este proceso es necesario, ya que los músculos necesitan fortalecerse, máxime que al momento del corte, los plumíferos, pierden vigorosidad debido al sangrado profuso. Por ello, la calidad de temple, como se denomina a la condición física, es determinante en el resultado de la pelea.
Ser gallero en Panamá, significa estar dispuesto a pagar entre B/. 25.00 por un pollo a B/.300.00 por un gallo experimentado; mientras que en otras partes del mundo, como en Puerto Rico y España los ejemplares pueden costar entre B/. 500.00 a B/. 1,500.00, dependiendo del criador.
La tradición gallística en Panamá es un legado ibérico, el cual ha estado con los panameños toda la vida. Sin embargo, al impulsar leyes para restringir los combates entre esta especie, los seguidores de esta tradición se verán obligados a quedar en la clandestinidad, tal cual como sucedió en Costa Rica, aseveró un preparador de la cuadra de gallos en las afueras de la ciudad.
Una de las arenas, donde se juega semanalmente, hasta dos mil dólares por pelea, sin contar los desafíos donde las cantidades exceden los 10 mil dólares, por pelea, es precisamente el Brizas Davideñas.