Más de medio millón de dólares en pérdidas, dejó como consecuencia; el paro que protagonizaron en la frontera de Paso Canoas, los transportistas de carga de Costa Rica, tras la negativa de ajustarse a las medidas de control, que ejerce en el sector fronterizo, el Servicio Nacional de Fronteras.
Un paro similar ocurrió en el mes de marzo de este mismo año, esa vez las pérdidas económicas rondaron en 1.5 millones de balboas, en aquella ocasión cuando se levantó la medida, se estima que el tráfico que oscilaba en al menos 500 articulados, pudo ser descongestionado en dos días.
Desde que se dio la primera huelga, solo pasaron 164 días; para que los transportistas de Costa Rica volvieran a ejercer la misma presión en la frontera tico-panameña, el pasado 24 de agosto; postergando el tráfico hacia Centroamérica y viceversa por al menos seis días.
Ambos paros; entre medidas extremas, amenazas, y desinterés por dialogar, culminar con la intervención de altos dignatarios de Panamá y Costa Rica, sin embargo la preocupación de quienes utilizan a diario el puesto fronterizo, no se mitiga.
Para Manuel Mora, presidente de la Cámara Nacional de Transporte de Carga de Panamá, es preocupante que autoridades de ambos gobiernos, no hayan podido dilucidar de manera clara y colaborativa, un problema que afecta a ambas naciones, y que genera cuantiosas pérdidas económicas.
Según destaca Mora, los gobiernos de Panamá y Costa Rica, desde que se desarrolló el primer paro, han suscrito acuerdos migratorios y de tránsito, que únicamente han quedado en papel, creando incertidumbre en los transportistas de Panamá, debido a que no existe ningún documento escrito, que sustente que tales pacto son legales.
Mora destaca que los transportistas ticos exigen un mejor trato, sin embargo los panameños al transitar por el hermano país, son expuestos a medidas extremas; tales como el decomiso de sus articulados y la mercancía que trasladan, agrega que en Costa Rica existen altos grados de inseguridad en la vías, pero el gobierno de ese país, hacer ver ante la opinión pública que no está ocurriendo nada.
El transportista tilda a Panamá como el congo de Costa Rica, al recordar que hace 72 meses, los camioneros panameños no sacan cargas de los recintos fiscales, mucho menos de las zonas francas, y en el tema el Gobierno Nacional no se pronuncia, ni mucho menos expone a esas mismas medidas, a los transportistas de carga del hermano país.
Manuel Reyes Sicilia, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio de Chiriquí, es de la idea que el paro protagonizado, tuvo su parte sensitiva; en la pérdida de credibilidad en los gobiernos de Panamá y Costa Rica, restando con ello la reciprocidad de inversión.
Sicilia cree que el tema es más de carácter técnico, que no debería ser tan complicado resolver, si existiera voluntad y tiempo de las autoridades aduaneras, migratorias, de tránsito y sanidad; agrega que se deben establecer mecanismos similares entre ambas naciones, que permitan el flujo de productos, ante la firma de un tratado de promoción comercial.
Este medio busco reacciones sobre el tema, con las autoridades locales del Servicio Nacional de Fronteras de la provincia de Chiriquí, sin embargo los encargados no emitieron sus declaraciones, ya que según indicaron; el tema se maneja a través de las autoridades civiles en la ciudad de Panamá.
Ambos entrevistados, creen en la posibilidad que funcionarios de la Autoridad Nacional de Aduanas, Autoridad de Tránsito, Migración, Mida, Salud, y Servicio Nacional de Fronteras; puedan sentar mecanismos que ayuden a mejorar las relaciones entre ambas naciones, mejorando los problemas del área fronteriza, sin descuidar las medidas que combatan el narcotráfico, el lavado de dinero, y el crimen organizado.