El rugir de los motores se lograba escuchar, desde la distancia. Las fuertes aceleradas, alertaban a los conductores que circulaban apercibidos por la vía interamericana. Muchos creían, que se trataba de regatas. No obstante, al acercarse a la antigua pista de motocross, ubicada en Coquito, descubrían el origen de esos sonidos, expectantes.
¿La causa? La antigua pista de motocross, ahora convertida en un sitio de prueba y exhibición para carros todo terreno fungía, en ese momento, como la sede del primer campeonato de autos doble tracción, realizado en Chiriquí. Dicha competencia, para igualar las posibilidades de los equipos, fue dividida por categorías, las cuales eran determinadas de acuerdo al cilindraje de los vehículos. Es decir, los de cuatro, seis y ocho; corrían por aparte. Empero, una cuarta categoría abierta, habilitaba a cualquier equipo para participar, sin tener en cuenta el tamaño del motor.
Según Venancio González, presidente del club Off Road Chiriquí, organizador del evento deportivo, más de cuarenta equipos participaron en la competición. Señaló, que los competidores corren por altruismo, no por un premio en efectivo. “Estos eventos no persiguen ganancias económicas, sino confraternizar con aquellas personas que gustan de los vehículos doble propósito”. Agregó, que a los ganadores por cada categoría, se le entregó un trofeo como recordatorio e incentivo.
El trillo, como le denominan a esta actividad, contó con la participación de clubes de Ciudad Capital y Veraguas. Su nombre tiene su origen en las actividades de incursión sobre terrenos poco penetrados del país.
Los equipos estaban, formados por el piloto y un copiloto, de hecho en esta modalidad siempre es así. La dupleta, debía pagar una inscripción de B/. 40.00, por carro. Cabe señalar, que los fondos recaudados son utilizados para llevar ayudas humanitarias, hasta los sitios donde ellos acuden a trillar.