Una silla para Jeremy, un campeón requiere más que los aplausos

Jeremy Jossan Jurado Barrera, no mira obstáculos solo la línea de llegada. Su carácter combativo no permite que la mielitis transversa, enfermedad que padece a consecuencia de una bacteria que lo atacó cuando tenía unos cuatro años de edad, le trunque sus sueños de deportista.
Ha ganado cuatro medallas de oro, tres de plata y una de bronce, en juegos del Consejo del Istmo Centroamericano de Deportes y Recreación (Codicader). Atletismo su disciplina. Los 100 metros su especialidad, allí ha conseguido todas su preseas.
El velocista ha cosechado múltiples triunfos en competiciones nacionales e internacionales. Representó a Panamá en los hermanos países de El Salvador y Guatemala y también cuando Panamá fue sede el año pasado del Codicader.
A pesar de ello, no ha recibido el apoyo de las entidades correspondientes, dijo su madre Nitxia Barrera, al Informe de David.
Sin embargo, su padecimiento que le inició hace unos nueve años, ha provocado que la medula se seccione y que el afectado pierda movilidad y sensibilidad desde la vertebra T9 hacia abajo, es decir desde la cintura a los pies.
Jeremy requiere de una silla especial y de la dotación de una beca para continuar con su desarrollo deportivo. El chico aspira a competir en los juegos mundiales paralímpicos.
‘Esta no es una silla de competencias’ ‘he vivido emparchándola’, replicó Nitxia Barrera, madre el pequeño campeón. ‘He tocado muchas puertas durante cinco años, ninguna se ha abierto’, lamentó la madre.
La silla que Jeremy necesita para sus competencias cuesta alrededor de $ 2, 969.25; aparte le funcionaría para batallar contra la mielitis transversa.
Jeremy es un guerrero, debe ingerir cinco medicamentos al día, sin contar las vitaminas; esto no le afecta el ánimo para dirigirse todos los días al Instituto David, en donde cursa el noveno grado.
En su residencia recibe con una sonrisa, a quienes lo visitan. Un brillo en los ojos característicos de los inquebrantables, contagía de positivismo. Yergue su cuello, como tratando dejar a tras sus dificultades, de un pique. ‘Me siento bien, las competencias son bonitas, pero serían mejores si tuviesen un apoyo mayor’, señala con criticidad al recordar sus hazañas en la disciplina.
Su itinerario no es fácil, ni mucho menos barato. La madre debe gastar sólo en transporte más de tres dólares, para enviarlo al colegio; el doble cuando necesita trasladarse al centro de entrenamiento (la Unachi), en dónde el profesor Said Gómez, lo entrena sin cobrarle nada.
El problema de Jeremy podría solucionarse con trasplante de células madres, según lo dicho por su madre. Entre tanto eso llega, el chico requiere del apoyo de los entes pertinentes y de ‘almas grandes’ que se identifiquen con su problema.
La señora Nitxia espera conseguir ayuda para su hijo con el cambio de Gobierno, ya que asegura, ha tocado todas las puertas y no logrado nada en los últimos años. ¡Identifícate tú con las necesidades de Jeremy! ¡Ayúdalo a seguir peleando! Puedes llamar al 67117222.
Cabe mencionar que las veces que Jeremy ha salido del país, el Instituto Panameño d Deportes ha corrido con los pasajes de avión y el país sede con el hospedaje y la alimentación, pero su familia ha asumido los gastos adicionales relacionados a medicamentos y providencias extras por cualquier imprevisto.