La institucionalidad democrática de Panamá corre peligro con todos los acontecimientos suscitados, donde cientos de indígenas en el distrito de San Félix, fueron reprimidos por unidades antidisturbios de la Policía Nacional, al menos eso es lo que reconocen lideres comunitarios de la provincia de Chiriquí.
El cierre y los enfrentamientos en la vía interamericana y otras vías alternas entre la policía y los Ngöbe Buglé la semana pasada, donde los nativos hacen eco de una lucha justa, para que se prohíba la concesión de proyectos mineros, así como también el otorgamiento para la construcción de hidroeléctricas, ha cobrado la vida de dos ciudadanos y es un tema mal manejado por las autoridades gubernamentales, dijo Homero López directivo del partido MOLIRENA en la provincia de Chiriquí.
Según López, desde el primer momento en que los hermanos indígenas armaron el movimiento, el gobierno debió atender la petición de la coordinadora por la defensa de los recursos naturales y derechos del pueblo Ngöbe Buglé y campesino, con miras a una solución, “y no perpetrar una masacre que ha sido criticada internacionalmente, donde los muerto y heridos registrados hasta este momento, ponen en riesgo la democracia en Panamá.”
Para el dirigente, el solo hecho de haber cortado la comunicación en el sector donde se originó el conflicto, además del poco interés por parte de algunos ministros de propiciar el diálogo con la coordinadora, deja mucho que decir de la democracia, violentando claramente los derechos de muchos ciudadanos, López añadió que la responsabilidad del gobierno cuando llega al poder, entender que se gobierna para el pueblo, y que debe entablar vías de diálogo, con todas las corriente políticas del país.
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