Las pérdidas de varios sectores del comercio y el agro en la provincia de Chiriquí podrían haber alcanzado cifras exorbitantes, producto de los enfrentamientos y protestas escenificados en el oriente de la provincia, durante la semana pasada.
Según el Ministro de Comercio e Industrias, Guillermo Quijano, las pérdidas alcanzaron cerca de los 10 millones de balboas, en las mercaderías que se descompusieron y aquellas que nunca llegaron a su destino, como ha ocurrido en los productos destinados a la exportación.
Tan solo, la Asociación de Usuarios del Sistema de Riego Remigio Rojas y la Exportadora PAN EL, dedicadas a la exportación de sandía, las pérdidas podrían estar superando los 300 mil dólares, esto de no mantenerse el libre tráfico en la panamericana, los próximos días.
Estas empresas, la semana pasada, habían enviado a la Capital de la República, dos contenedores don destino a los mercados europeos, no obstante, los disturbios impidieron la llegada de esta carga, la cual se perdió en su totalidad.
Cabe mencionar, que el precio estimado por cada furgón, ronda los 17 mil balboas.
Por otro lado, empresas lácteas se vieron obligadas, el sábado a regalar un aproximado de 35 mil litros de leche sin procesar, debido a la falta de espacio en los frigoríficos.
También quienes trasiegan con hortalizas percibieron pérdidas cuantiosas. Al abordar a un transportista de carga, el mismo señaló, que dos de sus mulas (transporte) con cuantías cercanas a los 18 mil dólares se contaban como mercancía insalvable.
En días anteriores (martes 24 de enero), este medio entrevistó al presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y agricultura de Chiriquí, Manuel Reyes Sicilia, recomendaba la pronta instauración del dialogo, para evitar una catástrofe económica, voz que fue desoída.
José Luis Lacunza, Arzobispo de la Diócesis de David, también llamó a la reflexión y trató, en todo momento, que la negociación se iniciará, empero sus esfuerzos no prosperaron.
El bloqueo total y escalonado en muchos puntos de la provincia, impidió la llegada de los suministros necesarios a los mercados de abastos del país, ya que por generaciones, esta tierra ha sido el granero de la tierra istmeña.