Recibe un millón de dólares
La pujanza que ostentó el distrito de Barú, fundamentada en la producción de banano, que feneció al sucumbir las plantaciones de este rubro, por inconsciencia de los encargados y exigencias del mercado internacional; está resurgiendo de nuevo, pero con otro epígrafe, “la palma aceitera”, rubro que presenta mucha aceptación y estabilidad en el mercado mundial.
Alrededor de cinco cooperativas dedicadas a la siembra y el cultivo de la palma de aceite, existen en el área de Barú, situación que ha contribuido a mejorar las condiciones socioeconómicas de los habitantes de este sector.
Una de estas, la Cooperativa de Palma de Aceite de Barú (COOPAB RL), empezó a gestarse en la mente de un grupo de trabajadores del banano por el año 2006; y no fue sino hasta el 24 de marzo del año en curso, cuando recibieron el financiamiento por parte del Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP). Monto que alcanzó el millón de dólares. El dinero entregado forma parte del Fondo de Compensación de Intereses Cooperativos.
Basilides Quiróz, presidente de esta agrupación señaló, que la mayor parte del dinero será empleado en la compra de 104 hectáreas. Agregó que 154 mil balboas, se destinarán para la siembra y mantenimiento de las plantaciones en los próximos tres años, tiempo en que los plantones empiezan a dar sus primeros frutos.
Quiróz, se refirió a la cantidad de personas que contrataría la cooperativa, número cifrado entre 30 a 40 personas; sin embargo, el dirigente aseguró que esta cantidad aumentaría, ya que pretenden ampliar el rango de actividades hacia otros cultivos. “La siembra de plátano y papaya, productos que están vendidos de antemano”, dijo.
Cabe resaltar que el préstamo mantiene un plazo de 15 años, tiempo en el cual cada socio tendrá que pagar 25 mil 641 balboas con 03 centavos, tomando en cuenta que el gremio aglutina a 39 cooperativos.
Ana Giselle Rosas de Vallarino, Directora Nacional del IPACOOP, exhortó a los baruenses a organizarse y formarse en cooperativas, para que así contribuyan al mejoramiento económico de sus entornos geográficos.
Los residentes y antiguos trabajadores del banano, han visto en el rubro de la palma aceitera, la alternativa laboral y posibilidad de convertirse en pequeños empresarios.
Muchos recuerdan con gran amargura, las recientes crisis de 2002 y 2006, de las cuales la industria del “oro verde”, no fue capaz de levantarse. Al mismo tiempo, rememoran esa fecha cuando la luz de esperanza se empezó a formarse en sus corazones.