“Un incidente en el corral, durante una faena rutinaria cuando me dedicaba a curar y a bañar al ganando, me llevan a decidir hace unos 20 años, por el rubro ovino-caprino”, asegura Román Salinas, teniente jubilado y presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Dolega.
Saldaña incursionó en esta actividad allá por el año 1992, cuando un novillo de su hato (unas 20 reses), lo atacó, situación que provocó en él profundas reflexiones en cuanto a la actividad pecuaria que estaba desarrollando.
Decidió cambiar su crianza y ceba de ganado bovino, por animales más pequeños. Su esposa, no estaba de acuerdo. Las raíces ganaderas, le hacían mirar a las cabras y ovejas como a especies inferiores.
Al cabo de los años, esta pareja ha desarrollado la actividad ovino-caprina, descubriendo las bondades que ofrecen, tanto la carne de la oveja, como los productos lácteos de las cabras.
Mediante una visita a la finca de la familia Salinas, ubicada en Potrerillos Abajo, se nos informó que los extranjeros gustan mucho de estos productos. “Ellos, prefieren la carne de oveja por lo nutritiva y bajos contenidos grasos al igual que la leche de cabra que presente menos del 5% de lactosa”, comenta el productor.
La libra de carne en pie se valora en B/. 2.25, directo del productor al consumidor, ya que la figura del intermediario no existe en este renglón del agro. En el caso de los corderos, lechal (mamante), o pascual, los precios tienden a incrementarse un poco, según nos indicó el señor Román.
Salinas comenta sobre la rentabilidad de estas especies, fundamentadas en la promiscuidad y fertilidad de las hembras, las cuales pueden llegar a parir hasta tres críos por parto. Esto a razón de dos partos por año, representa grandes ganancias a largo plazo.
Cabe mencionar, que en el terreno donde una vaca pastorea, se pueden mantener unas 18 ovejas. Matemática que calculó el señor Salinas y ahora mantiene unas 290 ovejas y 25 cabras, donde antes tenía 20 vacas.
Salinas ha elegido por la raza peliguey, una variedad que da muy buenos resultados a una altura no mayor de 920 msnm.
La raza peliguy tiene la piel muy parecida a la del buey, diferenciándose de la oveja criolla que está toda cubierta de lana.
Según los agremiados a la APAD (unos 20 productores dedicados al renglón carne en las ovejas y leche, en las cabras), lo recomendable es emplear razas a ¾ de sangre, ya que las características genotípicas de los puros, los hacen mas delicados.
El directivo de APAD, señaló que la vida productiva de estos animales, puede llegar hasta los nueve años, siempre y cuando se mantenga un régimen alimenticio bien controlado.
Los forrajes se componen de hierbas de cortes y plantas tales como: Cuba 24, botón de oro, Moreira entre otros, descartando los alimentos procesados.
Para el teniente jubilado, este renglón no remplazará a la ganadería tradicional, si no que debería trabajar de la mano, como está ocurriendo en el Brasil, donde las ovejas son guías de pastoreo (enviadas delante del ganado para limpiar los pastizales de garrapatas).
Nos comentó que las ovejas pueden pastorear sin problemas igual que las vacas. No así las cabras, las cuales requieren de apriscos. Por ello, señaló los cimientos de un aprisco que construirá para salvaguardar a sus cabras de la humedad y parásitos, propios de la estación lluviosa, tiempo en que el nivel freático incrementa el riego de enfermedades para esta especie.
Se recomienda para quienes quieran incursionar en esta actividad hacerlo con un mínimo de un pie de cría (once hembras y un macho).