Salud y educación, dos necesidades apremiantes en Llano Culebra

El centro de salud y la escuela de Llano Culebra, atraviesan por necesidades que amenazan el bienestar de los residentes del área.

Con una matrícula aproximada de 350 estudiantes y una planta docente de 22 profesores, el centro educativo de Llano Culebra en la Comarca Ngäbe Buglé, afronta limitantes que impiden un desarrollo integral y efectivo de la educación, en este sector del país.

Falta de fluido eléctrico, agua potable y salones inadecuados para recibir clases, son algunas de las carencias por las que traviesa este plantel.

José Sanjur, director de la mencionada escuela, indicó que debido a la falta de salones el estudiantado tiene que reunirse bajo las llamadas aulas ranchos, que en este plantel suman dos.

“Algunos profesores imparten sus clases en aulas ranchos, expuestos a las inclemencias del tiempo”, dijo. Agregó que la poca iluminación, producto a la inoperancia de cinco de los siete paneles solares que posee el centro educativo, coarta el desarrollo de las actividades en esta región.

Se conoció que se adelanta conversaciones para la consecución de 30 dólares que se invertirían en la habilitación de dos aulas, de conseguirse la acreditación de estos dineros por parte del Fece, detalló del director.

Para el año entrante se espera la construcción de cuatro aulas y un salón de informática, proyecto que alcanzará los 200 mil balboas; sin embargo, antes se requiere la instalación del resto de los paneles solares, que garantizarán el buen funcionamiento de los equipos cibernéticos.

En lo que se refiere a la institución de salud, las carencias de medicamentos y la limitada atención médica trae de las barbas a los pacientes de esta localidad. “Uno viene por medicinas y nunca encuentra lo que necesita, también la no constancia del médico, no da certeza ni efectividad al servicio se salud”, señaló Celsa Caballero una moradora del área. Añadió que el problema data de unos cinco años atrás.

Otro residente dijo que en caso de emergencia, sacar un mordido de culebra con vida sería como ganar la lotería, ya que el trayecto toma entre cuatro a cinco horas, desde el lugar a otro centro de atención.