El potencial económico del PNVB está cifrado en 550 millones de dólares anuales, pero se hace necesario un plan de contingencia que garantice su durabilidad. Expertos conciben la creación de un fondo especial que amortice el impacto ecológico y contribuya a la renovación y conservación del recurso.
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El Parque Nacional Volcán Barú (PNVB), produce beneficios anuales por el orden de los 550 millones de dólares, sin embargo, el deterioro progresivo que ha sufrido en los últimos años, amenaza la existencia de los ecosistemas y la coexistencia de quienes se benefician de los servicios eco-sistémicos, que derivan de esta área protegida.
Un estudio realizado por la Alianza España-Pnuma para la iniciativa Lifeweb en apoyo a las áreas protegidas terrestres de Mesoamérica, reveló la realidad del PNVB y visualizó que la solución para lograr un desarrollo sostenible de las actividades, se traduce en la cooperación de todos los sectores que se benefician del Parque.
Según los entrevistados, la creación de una fundación público-privado, donde los diversos actores ambientales con intereses en el Parque Nacional Volcán Barú ; es decir agricultores, la Autoridad Nacional del Ambiente, empresas turísticas e industriales, puedan integrarse en una fundación que administre los fondos para resolver problemas ambientales que se originen en el área.
Alex Pires, de Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente, explicó que los servicios eco-sistémicos, del PNVB, están valorados en 550 millones de dólares por año, lo cual demuestra en cifras, según sus palabras, la gran importancia de practicar la conservación de las áreas protegidas.
Pires aseguró que el entorno ecológico que ofrece el PNVB, es suficiente para conservarlo, pero a eso se agrega el valor monetario, el cual se calculó por primera vez utilizando un método científico. “Es la primera vez que se cuantifica ese valor, empleando el enfoque de la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB, por sus siglas en inglés)”, dijo.
Felipe Carazo, detalló que el PNVB brinda un gran abanico de beneficios entre los cuales destacan cuatro componentes. La provisión del recurso hídrico empleado en la generación de energía eléctrica y explotación agraria, pecuaria y de consumo humano. El control del clima mediante la captación de carbono forestal. Disminución de impactos del cambio climático. Además, de la recreación y el turismo, cuya fuente es la belleza escénica que se enmarca dentro del área.
“Los beneficios del PNVB, pueden medirse, es decir pueden ser cuantifica en dinero, sin embrago dichos recursos tienen que ser administrados con honestidad y transparencia”, expresó Harley Mitchell Morán, abogado ambientalista.
Alida Spadafora Directora ejecutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, señaló que proteger el ecosistema del PNVB, es mucho más beneficio que la explotación de recursos mineros, ya que los servicios que presta el Parque Nacional Volcán Barú son mucho más duraderos y bien administrados, no dejan huella ecológica
Es hora que los chiricanos empiecen a dar le valor que corresponde a esta área protegida, ya que de ella emanan valores incalculables para el desarrollo de las diferentes actividades industriales y económicas de las cuales se beneficia todo el país.