Muchas razones existen para que consideremos que nuestro país no cuenta con la seguridad ambiental y recursos suficientes que permitan desarrollar acciones de protección en zonas frágiles como lo es el Parque Nacional Volcán Barú. Esto lo reiteramos porque nos es desconocido para nadie la debilidad institucional de la Autoridad Nacional del Ambiente-ANAM, la cual al haber sido transformada en una entidadad autónoma que debe generar ingresos está dependiendo de la venta de recursos naturales para su subsistencia. Esto no puede ser y hace que la riqueza natural de la cual nos sentimos tan orgullosos esté en inminente peligro.
Todo esto es parte de legado que les pertenece a no sólo a los panameños de hoy, sino a las próxima generaciones; el Parque Nacional Volcán Barú contiene zonas de vida únicas en el país y no tiene reemplazo», reiteró. también advirtió sobre la fragilidad de esta área. «Es tan frágil que proyectos anteriores de carretera, que ni siquiera cortaron la parte de nacimiento del río Caldera, pero sí se acercaron, fueron los que generaron la destrucción y deforestación que provocaron las inundaciones de los años 70 y 80 en Boquete, que costaron vidas humanas y millones en pérdidas materiales», indicó.
Cabe señalar que el Sendero que conduce de Cerro Punta a Boquete en la actualidad es un lugar maravilloso donde turistas, nacionales y extranjeros pueden vivir una experiencia ambiental indescriptible observando especies endémicas de flora y fauna que no se aprecian en otros lugares del mundo. Indiscutiblemente hay que mejorar las condiciones de acceso al sendero y las casetas de guardaparque en ambos lugares para que más personas puedan llegar a dicho sitio.
El director ejecutivo de ANCON dijo que la alternativa a la carretera Boquete-Cerro Punta es la ruta Sur, que iría de Volcán a Cuesta Piedra y Boquete «y que sí resuelve problemas de las poblaciones sin ocasionar daños ambientales».
Finalmente,destacó que antes de hacer esta carretera se debe elaborar un estudio de impacto ambiental categoría 3 y que una vez se someta a consulta pública ANCON estará muy vigilante, «porque compartimos la preocupación de los moradores de todas las zonas de tierra altas de Chiriquí, que realmente están preocupados por el proyecto, ya que puede causar mucho daño irreversible».