La reforma al Código Minero es importante, pero no pueden aprobarse leyes mineras a la medida de unos, perjudicando a otros. El Estado tiene que recibir mayores beneficios, los pobladores pobres deben ser impactados para que tengan mejores viviendas e ingresos razonables.
La extracción de Cobre en Chiriquí es otro problema que enfrentan los pueblos Ngöbe y Buglé desde el descubrimiento de dicho yacimiento en 1932. La compañia Canadiense Panacobre S.A.se encuentra actualmente en el oeste de Chiriquí causando serios daños al medio ambiente y sobre todo a la tierra donde por años estos pueblos han vivido. Apesar de que el Congreso General Ngöbe-Buglé ha rechazado la explotación de cobre en la región, el gobierno de Panamá le ha otorgado 25 años prorrogables a la empresa.
Se pueden mencionar varios casos en Panamá que demuestran las consecuencias destructivas que tiene el desarrollo de la industria minera sobre los bosques y los pueblos que viven en ellos. Por ejemplo, el Proyecto de Cerro Petaquilla en la Provincia de Colón implicará la pérdida de 2.500 hectáreas de bosques como mínimo, para crear la infraestructura de la propia mina y las carreteras que permitirán el acceso a la zona. También se teme que el proyecto afecte a los vecinos Parque Nacional El Copé y Reserva Forestal Donoso. Esta provincia tuvo la segunda tasa de deforestación más alta entre 1986 y 1992, representando el 22,35% del total de pérdida de bosques.
Se ha producido otro conflicto importante debido a la explotación de cobre en la provincia de Chiriquí, entre la empresa canadiense Panacobre S.A. y el pueblo Ngobe-Bugle, el grupo indígena mayoritario del país. Aunque el Congreso Nacional de los Ngobe-Bugle rechazó el proyecto, el gobierno otorgó a la compañía una concesión por veinticinco años, que incluso se puede prorrogar.
Todos los recursos minerales, escasos en el mundo,en particular en las sociedades industriales, son un patrimonio nacional, que no puede alquilarse o venderse, sin que representen un verdadero desarrollo para las comunidades y el resto del país.
Tanto Petaquilla, como Cerro Colorado y otros proyectos son obras de minas de cielo abierto, con operaciones que son altamente contaminantes, aunque se adopten las medidas y la tecnología más reciente, para reducir el impacto en el aire, las aguas, fauna y flora.