El comisionado de Policía de Fronteras, Modesto Sauri expuso que una de las dificultades es el hecho que Panamá es visto como punto de paso para los indocumentados y delincuentes que vienen del sur, en tanto que el territorio panameño lo tratan de emplear aquellos que trasiegan armas desde Centroamérica y las quieren hacer llegar a grupos armados ilegales en Colombia.
Esto explica en parte según el informe por qué hay también problemas en la frontera con Costa Rica, al occidente de Panamá, y no sólo en la que comparten Panamá y Colombia, al oriente, en la que no son extrañas denuncias sobre la llegada de personas que huyen del conflicto armado colombiano que lleva décadas.
Rogelio Ramos, ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, comentó que uno de los principales problemas en la frontera entre su país y Panamá es la evasión fiscal, debido al ingreso de artículos provenientes de Panamá que no pagan los aranceles correspondientes para ser comercializados en territorio costarricense.
Por cuestiones geográficas, el control de la frontera con Costa Rica debería ser menos complicada que la de Darién. Aunque la falta de puestos aduaneros multiplica la debilidad de seguridad en el área Agregó que a esto se suma el trasiego de droga proveniente de Sudamérica, y que tiene como destino Estados Unidos y Europa.
Según funcionarios policiales que menciona la publicación, pero no identifica, aunque hay logros de los organismos antidrogas, en la frontera sólo se decomisa entre el 10 por ciento y el 15 por ciento de la droga que se trafica.
Ambas naciones, que comparten el mismo problema de narcotráfico, trata de personas, prostitución, trata de armas, drogas, contrabando, criminalidad y evasiones de impuestos, entre otros temas, tuvieron la oportunidad de sentarse a dialogar en mesas de trabajos, para buscar estrategias y estrechar los lasos de cooperación en materia de seguridad.