Las cualidades de un pedalista completo, de seguro se definen como las capacidades para la escalada, la fortaleza y las reservas de empuje para los sprints finales, para rematar en la raya. Julio y Alexis, poseían esas cualidades, y, otros rasgos únicos, caracteres insólitos, que los llevaron a escribir la historia del ciclismo en la provincia.
Similitudes y contrastes hilvanan la historia de estos dos grandes atletas, del ciclismo criollo. Ellos, tienen en común haber ganado el giro, sin conseguir una sola etapa; pero como aseveran los protagonistas, siempre mantuvieron los mejores tiempos.
Han representado al país en justas internacionales. Competencias que enaltecieron el ciclismo nacional, ya figuraron en el extranjero, consiguiendo tanto metas volantes, como premios de montaña. ¿Y los contrastes? Pues, bien, realmente es una diferencia. Julio César, logra encumbrarse como el indiscutible de la vuelta a Chiriquí, en su debut; mientras, Alexis, el año en que se retiró.
Incursionan al deporte de los “caballitos de acero”, por pasión y por la llama viva, fuego inapagable que les roía los huesos, cada vez que observaban el pelotón de ciclistas atravesar las calles del terruño chiricano.
“Palancón”, apodo que le designaron los compañeros de equipo a Julio César, por el movimiento intermitente de los cambios, ganó la primera versión del giro, el cual tuvo lugar en 1981. La extensión de la justa enmarcaba alrededor de 501 kilómetros.
Aquel que movía las palancas de cambios, sin necesidad aparente, mantuvo el liderazgo todos los días, a excepción del día cuatro. Etapa en que su compañero, el extinto Alcides Caballero, le arrebató el jersey amarillo, pero al siguiente día, reconquistó la casaca de la general, explicó. Así, como le ha ocurrido a Carretero, hasta el lunes.
La conquista del título fue una acción épica y hasta mitológica, ya que Palancón, disponía de poco tiempo para entrenar. Debía atender a su familia y administrar su creciente negocio. Esto con la agravante, del senil estado de su artefacto de competencia, en sus propias palabras “un hierro feo”, no obstante, con su bicicleta que ensambló pieza a pieza, se impuso por encima de quienes poseían las mejores bicis del momento.
Por su lado, Alexis Caballero, quien fue integrante del Rali A, en sus tiempos mozos, obtuvo las guirnaldas en 1999, última vez que un panameño ganaba la clásica. Ese año, también colgó los pedales. Caballero, conquista el giro, sin ganar etapa alguna.
Cuenta que se retiró, no por estar en mala forma, sino porque, los patrocinadores escaseaban y él necesitaba que alguien se encargara de sus gastos y los requerimientos de su esposa e hijos apremiaban. Por esa razón, decide retirarse a la edad de 30 años, época en que empezaba a despuntar. A esta edad, es cuando un ciclista llega al máximo rendimiento, acotó.
La sangre de sprinter que corre por las venas de los Caballero, impele a uno de los siete hijos de Alexis a querer irrumpir en el ciclismo; sin embargo, las condiciones económicas actuales, del retirado corredor, lo impiden. El aplaudido embalador chiricano, se encuentra sin empleo, por lo cual se ve en la necesidad de conducir un taxi en turnos esporádicos. “Quisiera obtener un trabajo, en donde gane lo suficiente para sostener a mi familia y financiar, de paso las aspiraciones de mi hijo Nick”, señaló. Nick tiene 15 años, dos menos que su progenitor, cuando inició su trayectoria ciclista.
Palancón y Alexis, aseguran, casi con las mismas palabras, que día a día soñaron con participar del ciclismo, pero que nunca imaginaron la consecución de estos históricos logros. Hazañas que parecen perdidas en las memorias sin fin, del pueblo y de las autoridades del deporte local y nacional.
Nunca se les ha reconocido públicamente, sus campeonatos, solo se les menciona de manera efímera, cuando es temporada de vuelta.
Por estas razones, esbozadas en las líneas anteriores Julio César González y Alexis Caballero, pueden ser definidos como el alfa y la omega en el ciclismo chiricano. Mejor dicho, ellos marcaron la pauta nacional en el vuelco a Chiriquí. González y Caballero el primero y el último.
Los retirados sprintos, quisieron enviar un mensaje a la nueva generación de pedalistas, a quienes exhortan a seguir entrenado duro. “Este es un deporte muy sacrificado y cuando, no tienes respaldo económico, el grado de dificultad se intensifica; pero si en verdad amas lo que haces, no será impedimento para desempeñar un buen papel.
Gracias por su artículo. Muy interesante. Sobretodo para nosotros los bugabeños y compañeros de los hermanos Caballeros cuando corríamos en bicicleta en los años 1985-1987.