Hoy, en población menor de 24 años, ya se detectan problemas que antes eran muy poco comunes a estas edades, como la intolerancia a la glucosa, colesterol elevado o hipertensión. Las cifras empiezan a ser preocupantes. Por este motivo, es crucial inculcar buenos hábitos desde la infancia.
Hasta hace unos años el promedio de edad de los pacientes en riesgo de infarto era de 60 años. Sin embargo el estrés, las preocupaciones cotidianas, la falta de trabajo, el cigarrillo, el alcohol y la mala alimentación son, entre otros tantos, algunos de los factores que influyen en la aparición más temprana de trastornos cardíacos.
La obesidad no es el factor de riesgo cardiovascular más importante en edades tempranas. Otros aspectos cruciales que se deben tener en cuenta son: la hipertensión, poco habitual en niños, pero que si se desarrolla hay que tratarla; colesterol elevado, que empieza en la niñez y progresa lentamente hasta la edad adulta; tabaquismo o sedentarismo.
l plan de prevención que recomiendan los expertos pasa por incorporar en familias, instituciones, colegios y profesionales sanitarios, la enseñanza y el aprendizaje de comer bien desde la infancia y de incluir la actividad física en la rutina diaria, como al animar a subir escaleras. De igual manera, se debe reducir el consumo de televisión y ocupar el tiempo libre con actividades menos sedentarias. En el ámbito escolar, aconsejan promover más actividades al aire libre, en detrimento de la creciente diversión con aparatos electrónicos.
Es crucial que las familias otorguen importancia a la alimentación de sus hijos. A pesar de que hasta los 3 años la alimentación del bebé es una de las preocupaciones prioritarias de los progenitores, a partir de ahí, es frecuente un progresivo desentendimiento, con las consiguientes repercusiones en la salud asi lo detallaron los funcionarios del Ministerio de Salud en Chiriqui.