Sobre explotación de concha, talas de mangle en sitios protegidos y otras amenazas externas que ponen en peligro la existencia de biodiversidad de flora y fauna en los manglares del Golfo de Chiriquí, motivan la estructuración de un plan de manejo.
El miércoles 6 de agosto de este año, diferentes actores (pescadores, extractores de mangle y concheros), que coexisten en el área y expertos de en conservación de la autoridad Nacional del Ambiente y de Conservación Internacional emitieron sus opiniones para la esquematización de los parámetros que protegerán a este bien público.
Nicomedes Jiménez, jefe de Área Protegida y Vida Silvestre de la Anam, indicó la necesidad de crear un plan de manejo para estos manglares. Dado que según manifestó el área se ve amenazada por la sobreexplotación de concha, la extracción de madera de mangle en áreas protegidas y por amenazas externas. “El propósito es crear un plan de manejo que permita la administración sostenible del recurso”, dijo Jiménez.
Por su parte, Malena Sarloc, Conservación Internacional resaltó la participación de los usuarios ya que son estos últimos quienes conocen las necesidades más apremiantes de la comunidad y el impacto en los ecosistemas. “El taller se enfoca en el área protegida de los manglares y los ecosistemas circundantes, allí la importancia de la participación de los usuarios”, manifestó.
“El objetivo es concluir con el estudio en un año”, dijo Sarloc. Añade que el equipo técnico y especializado se valdrá de información de estos talleres, para luego validar la investigación en campo. Expresó también que esperan concluir los trabajos en un año.
Cabe destacar que el costo del proyecto, se desconoce, mas, el aporte de Conservación Internacional estará entre los 100 a 120 mil, según dijo Sarloc.
Rito Barret vice alcalde de David y pescador del área de Pedregal, manifiesta que la iniciativa va por buen camino, pero es necesario seguir incorporando a los sectores que dependen de la pesca, la extracción de mangle y la búsqueda de concha. Dijo que era necesario incorporar a estos usuarios en otras actividades alternativas para que puedan contribuir con la conservación. “Es menester insertarlos en otras labores para que el impacto se reduzca”, aseguró.
En tanto Jorge Marquínez presidente del grupo de leñadores, aplaude la intención de conservar el área de manglares; en su moción coincidió con Barret al plantear que los más indicados para ser insertados en la función de vigilancia y conservación, son aquellos que dependen de las actividades que hasta ahora han causado impacto negativo en esta zona. “Sería positivo que a los leñadores nos consideren para guardabosques, eso reduciría el impacto en la flora del lugar y nos daría estabilidad económica”, dijo.
Los participantes de este último taller procedían de San Lorenzo, Boca Chica, Horconcitos, Chorcha, Guarumal y Pedregal.
Se espera que para octubre del 2014, los expertos concluyan con el plan de manejo de los manglares del Golfo de Chiriquí.