Problemas respiratorios, residencias y patios cubiertos de hojarascas carbonizadas, daños sustanciales a los ecosistemas circundantes y otros problemas ocasionados por la práctica centenaria de quemar los cañaverales, previo a la cosecha, son algunas de las inconformidades que mantienen los residentes de Alanje, y áreas vecinas, a su vez la Central Azucarera de Alanje S.A (CADASA), ha dicho que eliminará la quema en áreas pobladas, para el año entrante. No obstante, los moradores señalan que no aguantan más.
Según los residentes del sector, ya es tiempo que CADASA, mude de técnica, ya que no soportan los efectos de los constantes incendios, los cuales no reparan en ubicación geográfica para propiciar los fuegos.
Una moradora del Tejar de Alanje, señala que los cañaverales arden sin importar que se encuentren en áreas pobladas. “Ocho días atrás, una gran bola de fuego consumía abrasadora e inapagablemente, las verdes entrañas de un cañaveral que se ubicaba en las márgenes de una de las calles internas de esta comunidad”, dijo, mientras pedía permanecer en el anonimato.
Los habitantes del distrito, quienes solicitan el cese a las chamuscas, fundamentan su solicitud en la existencia de técnicas de corte, existentes en otras partes del mundo, dedicados a la actividad de caña de azúcar, como es el caso de Brasil y Colombia, en donde la caña se corta sin prenderle fuego.
De acuerdo al Gerente de Agricultura de CADASA, Manlio Cuevas, la idea de eliminar la quema de los cañaverales de golpe, es imposible, ya que es una práctica propia e intrínseca de la actividad azucarera del mundo.
El ingeniero aseveró, que en países como los arriba mencionados, los Institutos de Investigación de esas naciones, han inventado variedades de caña, las cuales se les puede cortar en completo verdor, pero ese mejoramiento botánico, es utilizado para sus mercados locales, lo cual imposibilita la importación de estas variedades a Panamá. Añadió que, estas potencias a pesar de la tecnología que manejan, siguen practicando la quema de los cañales, pero en un porcentaje menor.
Cuevas se refirió a los problemas que les ha tocado enfrentar, por las molestias de los vecinos de la comunidad. Adujó que la empresa ha tomado los correctivos, para el año entrante. Es decir, en poblados y áreas cercanas, se cosechará en verde, aunque signifique una baja en la productividad en las parcelas e incremento de la mano de obra.
Por su lado, Eneida Palma, directora encargada de ANAM, señaló que a través de las emisiones generadas con las quemas en los cañaverales, se afecta la salud de la población y por ende la del medio ambiente.
“La compañía deberá realizar los ajustes de conformidad con el ambiente y los pobladores, empleando nuevas variedades que no laceren el bienestar de la comunidad”, dijo Palma.
El ingenio, a su vez, comunicó que dentro de sus instalaciones, existen semillas traídas desde Estados Unidos, las cuales tienen como fin principal reducir las quemas a un porcentaje mínimo. Dicho proceso, tardaría unos 20 años, un lapso similar al solicitado por Colombia en 1995 y cuyo plazo termina en 2015.
Estimaciones señalan que las chamuscas que mayor perjuicio causan son las furtivas, de las cuales este año se han registrado 14, en los sembradíos de CADASA, por lo cual los operativos de vigilancia se han redoblado, informó una fuente de esta central azucarera.