El narcotráfico el incremento y decomiso de cocaína que alcanzaron los 32.000 kilos en el año pasado, se une a este el aumento en el consumo local de drogas y el crecimiento del sicariato, la trata de personas, venta ilegal de productos y el trafico de armas son los principales problemas que afectan la zona fronteriza de Panama y Costarica. Estos elementos están asociados al hecho de que el país es parte del Corredor Centroamericano, trayecto por donde circula el 90% de la cocaína que ingresa a los Estados Unidos
El crimen organizado opera ampliamente en Centroamérica, de manera cada vez más compleja y aprovechando las debilidades en el accionar del Estado y su limitada presencia en la frontera Costa Rica-Panamá.
El problema es complejo si se toma en cuenta que en el sector hay un movimiento migratorio, mensualmente, de unas 20 mil personas, además del flujo importante de transporte de carga.
Pese a los esfuerzos realizados, el país muestra una notoria incapacidad para hacer frente al fenómeno del narcotráfico, cuyas bandas siempre “van adelante” en cuanto a disposición de recursos tecnológicos y capacidad logística, lo cual contrasta de forma abismal con los recursos con que cuentan los cuerpos de seguridad. Las autoridades y grupos organizados aseguran que la situación se debe a que el área creció de forma desordenada y sin ninguna planificación.
Panamá y costa Rica se ha convertido también en uno de los países en fuente, tránsito y destino para mujeres y niños víctimas de la trata con objetivos de explotación sexual comercial y en menor medida como fuente, tránsito y país de destino para hombres, mujeres y niños víctimas de la trata en el trabajo forzado, especialmente en la agricultura, la construcción, la industria pesquera y trabajos domésticos entre otros.
El poder del dinero le da al crimen organizado la capacidad de infiltrar y corromper las distintas instancias del Estado. Importantes casos de corrupción se han visibilizado en la policía en los últimos años, aunque también se han presentado situaciones anormales en el Poder
Abdiel Lezcano, director Regional de Aduanas, dice que el tema ya ha sido cuestión de estudio, incluso por organismos internacionales. Las autoridades reconocen el problema, el cual viene de arrastre. Costa Rica y Panamá sufren constantes delitos de tráfico de drogas, secuestros, sicariato, trata de presonsa y lavado de dinero, entre otros.
Se requiere un cambio de actitud de los formuladores de las políticas de seguridad, que han subestimado el potencial que tienen las autoridades locales, no sólo en la formulación de propuestas, sino también como socios en la prevención así lo indicó el director de Aduanas.