En la actualidad ya hemos perdido más del 60% de los bosques naturales de nuestro país y hasta hace unos años eran tan pocos los programas, tanto del sector privado, como el público, que culminaban con éxito la conservación y protección de nuestro entorno natural.
Lastimosamente y pese a esto en nuestro país, el gobierno responde primeramente con sus limitados recursos a aquellos sectores de mayor presión y relevancia política, tales como educación, vivienda, alimentación y obras públicas.
La urgente necesidad de resolver los problemas anteriormente mencionados, así como el de atender los que surjan inesperadamente y que afectan con regularidad a nuestro país, relegan a un segundo plano los problemas relacionados con la conservación de nuestro recurso naturales.
El reto de la conservación, que enfrentamos actualmente todos los panameños y que afecta enormemente nuestros recursos naturales no es tarea fácil, ni disponemos de mucho tiempo para hacerlo.
Por parte del INRENARE no se ha dado un programa educativo que evidencie el significado que tiene para la población de Cerro Punta, el problema de la deforestación; además de la presencia de dos parques (Parque Nacional Volcán Barú y Parque Internacional La Amistad). Los valores de producción de agua, belleza escénica, presencia de flora y fauna entre otros permanecen como valores intangibles para la población.
Con el fin de que las prohibiciones establecidas sean cumplidas para proteger las especies que habitan el territorio nacional, ya sean terrestres, fluviales y marinas, las instituciones gubernamentales, tales como el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, el Ministerio de Comercio e Industrias, INRENARE y otras instituciones de carácter privada, deberán velar por el cumplimiento de las medidas establecidas, a pesar que las leyes prohíben las caza y la pesca sin autorización previa, se violan frecuentemente estas disposiciones; por eso es deber de los panameños, proteger y conservar las fauna nacional.