Mar Viva promueve pesca responsable
En las últimas dos décadas, el uso de bombas, y redes prohibidas contribuyó a la disminución de la capacidad productiva de los mares, lagos y ríos. Además, otra de las causales y responsable del apocamiento de las especies acuáticas ha sido, el residuo de plaguicidas, que fluyen hasta los cuerpos de agua, apuntan informes oficiales de Mar Viva.
La situación repercute, primero en las especies y luego en las personas que dependen de esta actividad (la pesca), es decir golpea a todo un renglón de la economía de un país.
El programa de la organización Mar Viva, denominado: “Por Pesca y Consumo Responsable”, busca crear conciencia en el pescador, comercializador y consumidor sobre la importancia de mejorar los hábitos de consumo de pescado y otros productos del mar y aliviar la presión sobre los océanos.
Según datos proporcionados por la Cooperativa de Pescadores de Chorcha (Cooprocha), para 1996 un pescador podía recolectar cerca de 400 libras de pargo y otras 500 de revoltura, en un periodo que oscilaba entre tres a cuatro días. Hoy sin embrago, con el alza de los insumos y el apocamiento de las especies, ese mismo pescador y con equipamiento mayor y más tiempo en alta mar, logra atrapar entre 150 a 200 libras de pargo y otras 200 libras de revoltura, esto deja observar una clara disminución en los índices de producción.
“Me inicié con un equipo de cuatro trasmallos, conocidos como red agallera, hoy mis redes se componen del siete trasmallos y aun así la captura de hoy, no iguala, a aquel tiempo (1996)”, expresa Lázaro Jiménez, un pescador artesanal de Chorcha, en el corregimiento de Chiriquí.
Jiménez detalló que Mar Viva, les ha ayudado muchísimo, dándoles la oportunidad de exponer problemas e ilustrarse en la temática que hoy se aborda.
El pescador dijo que de haber otra forma de ganarse la vida, abandonaría la actividad, en vista de lo poco rentable que se ha vuelto. “A veces, nos hacemos a la mar por más de cinco días, y en ocasiones solo sacamos los gastos”, señaló.
Manuel Pérez, uno de los expositores del conversatorio aseveró que el cultivo de especies podría ser la solución a la problemática de los mares, ya que el productor controlaría la frecuencia y el tamaño de los peces a extraer. “En el cultivo de especies usted tiene la posibilidad de controlar el sistema, ya que puede decir con que cualidades va ha extraer del estanque a los peces o crustáceos”, sugirió.
Pérez explicó que el consumo per cápita, la generación de empleos, el monitoreo a embarcaciones dedicadas a la captura de tiburones, fueron algunos de los indicadores que se consideraron para plantear el modelo de una pesca responsable en los países de Centroamérica.
Isis Pinto, Gerente de Ciencia y Comunidades de Mar Viva, dijo que la exposición de pescadores de otras latitudes, tiene como objetivo incentivar el desarrollo de la pesca responsable en Panamá y compartir experiencias sobre los resultados de la pesca responsable en otros puntos de Latinoamérica.
Pinto enumeró algunos puntos en la jurisprudencia de Panamá, que ayudarían al desarrollo sostenible de los recursos pesqueros. “Respetar los periodos de veda, utilización de las artes de pesca permitidas, no irrumpir en las áreas protegidas y no pescar especies en peligro, forman parte de las normativas panameñas para desarrollar una pesca responsable y sostenible. Lo que falta es la cooperación de los diversos sectores vinculados a la actividad”, dijo.
La pesca responsable solo será posible, cuando se vincule al pescador con el mercado, incentivando las prácticas responsables, mediante una mayor remuneración por el producto de su trabajo(los peces) y la sensibilización a los consumidores, quienes deberían ser selectivos a la hora de consumir los productos del mar y la forma en que se extraen.