Un paraje turístico entre las fábulas y la realidad
Fabulosas historias entremezcladas con el olor a naturaleza; un clima primaveral, que envuelve los sentidos de los más avisados; interminables serranías, que se extienden hasta donde la vista alcanza; entre otras cosas, que atrapan el interés y el corazón humano, describen a groso modo, el paraíso terrenal, conocido como Lagunas de Volcán.
Este sitio fue declarado reserva forestal y refugio de vida silvestre, a través de la resolución No. 18 del 2 de agosto de 1994; a pesar de ello, los cazadores furtivos y los taladores indiscriminados acaban paulatinamente, con el hábitat de numerosas especies que allí residen.
El Humedal Lagunas de Volcán, se localiza en el corregimiento de Volcán, distrito de Bugaba; a una altitud cercana a los 1200 metros sobre el nivel del mar. Para llegar debe tomar la calle que conduce hacia el aeropuerto, luego de atravesarlo, seguir derecho. Es indispensable, que utilice un vehículo doble tracción, de lo contrario no llegará lejos.
Otro factor que maximiza el atractivo del lugar, considerado como uno de los sitios más gustados para acampar, son las historias y fábulas que se yerguen, alrededor de estas fuentes de agua. Historias que han pasado de generación en generación; de abuelos a nietos; entre extraños y conocidos. Cuentos que ensalzan el espiritismo y a los personajes de inframundo. Sin embargo, recientemente, un grupo pequeño de jóvenes comprobó, que dichas narraciones, distan en gran manera de ser verdad.
Ángel, Nelson y Javier, residentes del Porvenir en el distrito de Bugaba, recuerdan el último día, de muchos, en que acamparon en este hermoso lugar.
Partieron un jueves, bien temprano.” Estaba oscuro, todavía”, censuró uno de ellos. Señalaron que llevaban provisiones para tres días; sin embargo, se devolvieron el día siguiente, tan pronto amaneció. Narran que ese día, llegaron como a las cuatro de la tarde, al humedal, por lo cual, levantaron el campamento, para evitar les cogiera la noche. Por supuesto, como era su costumbre, estuvieron compartiendo cuentos de miedo, los cuales en tanto obscurecía, tornaba el ambiente pesado. La piel se les puso de gallina y decidieron irse a dormir. “A pesar que traíamos tres tiendas de campaña, decidimos dormir todos, en una sola. ¡Teníamos un miedo indescriptible!, agregó Nelson.
La experiencia tenebrosa que creyeron tener, se disolvió años después luego, al descubrir que los bovinos, propiedad de las fincas contiguas a la reserva, habían ingresado a la laguna para abrevar, situación que desconocían y pensaron que el Chivato, se los llevaría esa noche.
Este atractivo turístico, está formado por dos lagunas que se interconectan subterráneamente, las cuales se diferencian por las proporciones que ostentan. La mayor presenta una superficie de 1250 Km2; la última enmarcada en el 14% de la primera.
Cabe resaltar, que alrededor de ocho personas han muerto en estas aguas, por lo cual se recomienda a los visitantes no entrar en ellas, para evitar desenlaces fatales.