La selección nacional de fútbol de Panamá, no hizo otra cosa que cumplir con lo que se propuso en la ciudad de Dallas, la noche de este miércoles.
«Lo siento si le dañe la fiesta a los organizadores», dijo el técnico panameño Julio Cesar Dely Valdés, en conferencia de prensa después del partido.
Panamá que ya le había pegado a México en el inicio del torneo, confirmó ayer lo que tal vez para la selección azteca, no era si quiera el previo aviso.
con un estadio a su máxima capacidad, el onceno panameño abrió el marcador al minuto 12, con una jugada prefabricada por Alberto Quintero pero secundada por Blas Pérez, quien al mandarla al fondo de las redes anotó el primer tanto y de paso se convirtió en el número uno de Centroamérica, con más goles en Copa Oro, al sumar diez unidades.
Cuando parecía que los panameños buscaban su segunda anotación, los mexicanos empataron el partido, comenzaron a dominar en la cancha, con un nivel futbolístico cambiado, y así terminaba la primera parte con un empate 1-1.
La Etapa complementaria llegó, y tras un saque de esquina, con la aparición inesperada de Román Torres entre dos defensas mexicanos, Panamá tomó el comando 2-1, México seguía intentando pero no fue suficiente, y sufrió una de las derrotas más caras de toda su historia, la cual generó sendas criticas por los medios locales de ese país, mientras que en Panamá la situación ahora es distinta.
La selección de Panamá viajó a Chicago, para disputar la final de la Copa Oros ante Estados Unidos el próximo domingo, el escenario es bastante idéntico al que se vivió en el año 2005, donde la sele cayó en penales, sin embargo un fuerte olor a revancha percibido en el ambiente podría paralizar a todo un país.