A la broca, el ojo de gallo y la más temida hasta ahora, la roya se les podría sumar otra plaga, un nuevo azote del cafeto, conocida como un insecto que corroe la planta debilitándola y provocándole la muerte.
Se trata de un coleóptero (tipo de escarabajo), que ataca comúnmente a los árboles maderables. No obstante, en el café, afecta a las plantaciones que están ubicadas cerca de quebradas y aquellas que están en medio de áreas forestadas.
¿Cómo ataca?
Según reportes del Idiap, el adulto llega hasta la planta buscando en donde ovipositar (colocar sus huevos en un lugar apropiado). Escoge por lo general una altura de 30 centímetros en el tallo; una vez haya inyectado sus huevecillos, se marcha hasta otro árbol. Pasado algún tiempo, la larva que fue colocada previamente por el escarabajo adulto, perfora un orificio y luego procede a rumiar el tronco hasta la base, “buscando corteza más tierna”, indican los técnicos.
De acuerdo con José Lezcano, Gerente del Programa Manejo Integral del cultivo del Café, un proyecto que abarca los distritos de Boquete y Renacimiento, lo preocupante del asunto para los caficultores, es que las plantaciones, no muestran ninguna característica en el follaje, que indique que una plata x, está afectada; no obstante en el suelo se podrá observar restos de madera pulverizada (aserrín), un claro indicativo que la planta mantiene una larva adentro.
¿Qué hacer?
En cuanto al control, es un poco complicado, ya que se trata de un solo individuo por planta, lo cual resulta muy trabajoso y obligará a realizar un muestreo en las plantaciones que resulten con incidencia de insecto.
Para controlarlo, los expertos recomiendan raspar la superficie e inyectar insecticida (unos dos centímetros cúbicos), para aniquilar a la larva que yace dentro del tronco.
Actualmente, no se tiene mucha la luz sobre el pequeño escarabajo cerambícido, que apareció en una finca de cinco hectáreas ubicada en Renacimiento, allí se midió el impacto en un 10%.
Se conoció que los ingenieros de la institución arriba mencionada, trabajan en la colocación de trampas para identificar plenamente al agresor.
Cabe señalar, que a consecuencia de las características fenotípicas del insecto, es decir a su capacidad de vuelo las afectaciones se podrán trasladar hasta otras fincas de la provincia.