La repoblación en plantaciones de café, ha sido la alternativa que han visualizado tanto los productores tradicionales, los agremiados a la Asociación de productores de Renacimiento (APREC) y el MIDA, para hacerle frente a las diversas enfermedades que los últimos años han atacado a los caficultores.
Desde el 2010 al 2011 se repoblaron 35 hectáreas a razón de 3 mil 500 platones por hectárea, es decir 122 mil 500 árboles nuevos, en esta región de la provincia. Sin embargo, las proyecciones para este año, se cifran en 200 mil arbolitos, lo que significaría, poco más 57 nuevas hectáreas del gustado grano. Sin embargo, el encargado del Mida en Chiriquí, Verismo J Martínez, dijo que los planes del MIDA, se fijan en la obtención de financiamiento para un millón de plantones.
Este proyecto pretende elevar la caficultura, ya que el productor que se muestre interesado, estará pagando tan solo el 33 % del costo real por cada plantón. Para tener acceso a estas garantías, el productor deberá adelantar una suma significativa, al costo total, relacionada al número de plantones que desee.
Con todo lo previsto, el productor no se exime de la constancia en la inspección de las fincas, ya que el descuido o la indiferencia de los trabajadores, puede ocasionar la muerte de toda la plantación, ahora no por la rolla si no por la broca del café, que según Martínez es la más temida, en este sector. Por ello, recomienda a los caficultores, recoger toda la producción, inclusive la que está en el suelo, ya que, el grano caído, es el mejor hotel para este nemato.
Entre tanto, en el área de Boquete, los productores se sienten desprotegidos y temen que uno de los rubros que por generaciones a identificado al Valle Siempre Fresco, desaparezca; ya que el abandono en el que se encuentran, los llevan a pensar de manera fatalista; hasta el punto que algunos estiman que para cinco años los cafetales boqueteños, mueran por completo.
Un caficultor con más de 35 años de presencia en la actividad, señaló que la afectación de la rolla, es para ellos la mayor amenaza. “Existen muchas enfermedades, pero la rolla es la más letal, los técnicos recomiendan la poda, tratamiento adecuado con los fungicidas y la rotación de los químicos pero, para nosotros no ha funcionado”.
Se pudo conocer, que el apoyo del MIDA, no se ha hecho efectivo en esta región, por que la mayoría de los productores ha mudado o vendido sus fincas, para la explotación residencial, empero aun quedan interesados, con ideas en que se mantenga el cultivo.
En Boquete, la mayor parte de las fincas están focalizadas en los tour de café, no en la explotación comercial del grano.
En tanto la región de Tierras Altas de Bugaba y el sector de Renacimiento, cuenta con programas que propician la actividad cafetalera, Boquete, sin embargo por el giro que ha dado hacia el sector residencial ha quedado desprotegido.
Con todo, ambos sectores afrontaron un problema en común. La pérdida de un porcentaje de la producción, debido a la falta de mano de obra, como una consecuencia directa de la migración indígena hacia Costa Rica y la posible implantación de 100 hectáreas de café en la reserva indígena, lo cual pinta un panorama igual o peor para los caficultores este año. Factor sumado a los altos costos de producción y la inestabilidad en los precios, aun cuando este año alcanzaron los 12 dólares por lata, valor que hoy se precia en 8 dólares.
Cabe resaltar, que una de las causas aparentes de la migración indígena, es el precio por lata que perciben en el hermano país. Mientras que en Panamá se les paga 2.5 dólares por lata, en Costa Rica, la remuneración supera los tres dólares.