Secuelas de una lucha difícil

Las manchas en el cuerpo de Félix Villanero, a consecuencia de los perdigones recibidos, durante la mañana del domingo 5 de febrero, donde unidades antidisturbios de la Policía Nacional, replegaron por completo a cientos de indígenas, que protestaban en las calles del Distrito de San Félix, por la derogación de la ley minera y la consecución de proyectos hidroeléctricos, son imborrables.
Villanero narró a “El Informe De David”, cómo una confrontación que según él era justa, se convirtió en un recuerdo que jamás podrá borrar, específicamente por como los uniformados, le cayeron a perdigonazos a los protestantes, “sin tener nosotros algo con que defendernos”.
El afectado explicó, que viajo desde Alto Quiél de Boquete, lugar donde actualmente labora, a brindar ayuda a sus coterráneos, sin imaginarse que sería presa de los antimotines ese mismo domingo, situación que le costó varios días en el hospital, donde la atención recibida no fue la mejor, ya que solamente fuimos sometidos a unas leves evaluaciones y me dieron de alta comentó.
“Solo recuerdo que fui atacado dijo, me trasladaron al Hospital en un carro particular, luego me llevaron al cuartel, donde lamentablemente los abusos de los policías están a la orden del día, me viene a la memoria como mi compañero Gerardo Sánchez fue victima del gas pimienta, además de un ataque que al menos a mi, me dejo secuelas de más de 15 perdigones” acotó Villanero.
La lucha porque se derogue la minería y la construcción de proyectos hidroeléctricos en la Comarca Ngöbe Buglé, fue sin duda un hecho que generó muchas opiniones, las pérdidas fueron cuantiosas, el turismo se vio afectado notablemente, no obstante para Félix Villanero, lo más difícil fue abandonar a su esposa y a sus 5 hijos, para ir a defender el futuro de sus generaciones.