Mil ochocientas tilapias y doscientas carpas de río, fueron liberadas en la laguna de oxidación de David, con el fin de que sirvan de indicadores biológicos en cuanto a la calidad del agua y para cerrar el ciclo ecológico o la cadena alimenticia en este lugar que se ha convertido en el nicho eco-sistémico de muchas especies, indicó Gabriel Botero, ingeniero ambiental de la empresa Black Water, encargada de realizar los trabajos en este sitio.
Según el experto ambiental, la recuperación de la laguna se encuentra a un 90%. Recordó que los trabajos comprenden tres etapas. El acondicionamiento, que fue la primera. La realización de mejoras a la infraestructura, etapa que se está desarrollando en estos momentos y la capacitación al personal del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, la última fase.
Paralelamente, se desarrolla la siembra de árboles frutales con el fin de empezar a darle las características fenotípicas de un parque ecológico. De acuerdo, con Botero están preparados para recibir a los diferentes planteles y excursiones que deseen contemplar los cambios que ha sufrido la charca de oxidación. “Los olores son casi imperceptibles”, dijo. La pregunta en este caso es: ¿pensará lo mismo los residentes de áreas circunvecinas?
Cabe recordar que estas mejoras son impulsadas por el Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible (Conades).