La poca rentabilidad por las constantes alzas en los precios de los insumos y lo riesgoso de la actividad productiva en los rubros tradicionales en la región de Tierras Altas, provocó que Efraín Santamaría se enfocara en el cultivo de tomate de árbol, un rubro poco conocido por los mercados chiricanos; pero muy apreciado por extranjeros y en la capital del país.
El tomate de árbol o de tomate de palo, como se le conoce en Colombia su tierra de origen, es empleado en la elaboración de conservas, dulces caseros, refrescos y hasta en ensaladas, dependiendo de la pericia del que esté empleando el arte culinario, explicó Santamaría.
Cerca de 4 mil 500 plantones componen el sembradío de este productor que cambió las técnicas tradiciones de sembrar papa y cebolla por un cultivo de nueva génesis en Panamá. Santamaría indica que no ha sido fácil, ya que el mercado no existía y se ha tenido que bregar en esa dirección. Añade que guarda la esperanza de poder exportar el producto.
“Esta plantación es la más grande desde Guatemala hasta Panamá”, dijo satisfecho Santamaría.
Sembrar tomate de árbol constituye una inversión a largo plazo. “Esto es una actividad en la que no vas a ver la plata de una vez”, dijo Santamaría. Reveló que se requiere de la preparación del terreno, la siembra de las plantitas y el abono correspondiente. “Durante este proceso, cada árbol representa un inversión de por lo menos diez dólares”, dijo el productor. En estos términos, una plantación de 4 mil árboles requeriría unos 40 mil dólares para iniciar operaciones.
Cabe mencionar, que se necesita esperar durante un año, para ver los primeros frutos. Luego de este tiempo un árbol de estos rinde 40 libras por cosecha, durante los próximos cuatro años, a intervalos de 8 a 9 días.
La finca del señor Santamaría, envía hacía la capital del país tres cargamentos por semana, pero solo recibe dinero por las libras que logren vender los comerciantes, a los cuales él abastece. “Nos pagan a razón de 75 centavos por libra, pero mucha de la producción que mandamos se pierde”, indicó.
Unas 10 familias en la región de Cerro Punta, sin contar a las personas que comercializan el producto en la capital, se benefician de esta actividad.
Según contó no ha recibido apoyo del Estado, lo único que le ofrecieron fue asesoría técnica y de eso él sabe bastante.
Los felicito por la lucha que tienen yo solo soy una persona de Argentina Salta Capital me dedico a estudiar el comportamiento de las plantas tropicales un abrazo a todo sigan que se puede.-